domingo, 11 de septiembre de 2022

Red Rocket (Sean Baker, 2021)

 

 

Red Rocket, séptima película del director y guionista neoyorquino Sean Baker, es un relato sobre perdedores y/o desplazados de la opulenta América trumpiana; la “vuelta a casa” de un ex-actor porno en horas bajas, interpretado por un especialista real, (bravo) Simon Rex, pero, lejos de incidir en el aspecto más social (digamos de un Ken Loach), el mismo adquiere un tono crepuscular (que me recuerda al cine de otro ilustre indie, Hal Hartley), con toques cómicos (sobre todo, en lo referente a la rememoración de las vicisitudes del protagonista en el negocio sexual) y picarescos (el recurso al trapicheo con drogas para pagar el alquiler), para elevarse a una peculiar y redentora historia amorosa.

Acompañada de una abigarrada fauna humana (la yonqui ex y su protectora madre, que no le va a la zaga; el vecino enamorado de la ex; los vengativos padres del exnovio de Strawberry, la pelirroja dependiente de la tienda de donuts que dinamita la trama, …), el metraje transcurre con una puesta en escena que trata de trascender el teórico decadente escenario que preside la cinta; esos exuberantes contrastes fotográficos que inflaman los escenarios, que parecen contradecir el previsible pobre extrarradio texano; planos nocturnos donde la iluminación de la cercana actividad industrial ponen una nota de color a las escenas amorosas; a veces, un imprevisible montaje sortea las escenas; el recuerdo de un pasado (que siempre fue mejor), en vez del recurso al consabido flashback, se salda con un tan breve como explícito comentario en el coche; o esas cursis canciones semiadolescentes con las que se abre y puntean escenas del tramo final de la cinta.

El director de The Florida Project plantea una obra, en apariencia anodina, pero de notable desarrollo, donde sus secuencias finales parecen remitirnos a esos orgásmicos (¡!) remates de consumadas obras románticas, pongamos una Casablanca o Breve encuentro, aquí en sordina, como una peli romántica snuff, con trasfondo social incorporado, el relato de una América desclasada, de cortacéspedes, barbacoas, lavados de coche en el jardín delantero, entre bares de strippers, malls y tiendas de donuts, donde sobreviven unos tipos (los trabajadores de la fábrica que pillan “mierda de la buena” a la salida, como los vaqueros pimplan whisky en un saloon del far west) que aun se permiten soñar: la aparentemente esquiva ex, con la imprevisible vuelta del marido; la madre con un futuro estable para su hija; el exactor acabado que pretende reverdecer su otrora exitosa carrera; la pareja protagonista en pos del sueño californiano, …

Calificación: 3.

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