El realizador norteamericano Curtis Hanson (Nevada, 1945) escribió y dirigió el guión adaptando la novela homónima que James Ellroy (L.A. , 1948) publicó en 1990. La película, de resultado sobresaliente, se estrenó en 1997 y vió menguado el reconocimiento de la industria por coincidir con el éxito del ‘Titanic’ de James Cameron.
Recuerdo la magnífica impresión que me dejó el visionado de este film noir en el momento de su estreno y 15 años después vuelvo a revisar la cinta, que ya tocaba, compartiendo parecida sensación; en el periodo intermedio he leído la impagable obra del escritor californiano.
En plena eclosión del American way of life (el filme se abre
con una introducción acerca del particular), con el glamour hollywoodiense como telón de fondo, un crimen que sacude el ídilico escenario
angelino, en el que se ve implicado un ex-policía borracho jubilado, bajo el
que parece colear el consabido asunto de lucha de mafias en torno al control
del tráfico de drogas, revuelve las entrañas de la brigada policial de la
ciudad, que se precipita a su investigación y solución, revelando todos los
juegos de poder entre sus miembros, en especial a raíz de la llegada al
departamento de homicidios del prometedor teniente Edmund J. Exley (Guy Pearce),
especie de marionetas al servicio de los intereses de los jerarcas de turno, el capitán de la
brigada o el fiscal de distrito.
Un escenario en que el
crimen y la corrupción emponzoñan las entrañas de toda la estructura social desde
lo más bajo a lo más alto, es el caldo de cultivo, tan del gusto del escritor
californiano, para mostrarnos los debates internos, los desequilibrios de los
personajes que lo pueblan. En esta ocasión, de los detectives de Los Ángeles -el
oficial Wendell White, un frío y obsesivo tipo que a veces se pasa de la raya
en su brutalidad, cosa que es utilizada por sus superiores; el complaciente Sargento
Jack Vincennes (Kevin Spacey), un tipo sin valores que usa del puesto para
traficar favores, asesorar a una exitoso folletín televisivo ambientado en el
mundo policial o compinchado con Sid Hudgens (Danny DeVito), un reportero y fotógrafo
sensacionalista que vive de la extorsión a peces gordos-, o Lynn Bracken, la
prostituta, doble de Veronika Lake, interpretada por una Kim Basinger
afortunadamente rescatada de los blockbuster
ochenteros, o el capitán Dudley L. Smith (James Cromwell), o el fiscal de
distrito Loew.
Todas estos tipos cuya
semblanza está ampliamente desarrollada en la extensa e intensa novela, son
aquí esquematizados y dosificados para que jueguen y ensamblen como perfectas piezas
de relojería en un thriller policial que discurre con interés y amenidad
crecientes, donde el espectador apenas tiene tiempo de asimilar la inequívoca
información que se le brinda, casi al mismo tiempo que se le rebela a los
audaces detectives White y Exley como resultado de sus pesquisas policiales, hasta
el desquiciante desenlace final.
Para el recuerdo quedan
secuencias memorables como el hábil interrogatorio a tres bandas que el agente
Ed Exley somete a unos jóvenes negros detenidos como chivo expiatorio del
crimen que ha puesto en danza a todo el departamento de policía de L. A.; casi
todas las correrías del sargento White, prototipo del personaje perdedor y atormentado
del universo del escritor californiano, particularmente las compartidas con
Lynn incluidas las esperas dentro del coche aparcado junto al apartamento de ella.
O un momento cómico, de descarga de la creciente tensión acumulada en el
metraje, donde los agentes Vincennes y Exley interrogan al mafioso Stompanato y
su pareja ‘Lana Turner’.
‘L.A. confidential’ película
supera con creces la dispersa adaptación de otra novela de Elroy que fue
llevada al cine por Brian de Palma en 2006, ‘La dalia negra’, si bien
literariamente esta me parezca más redonda que aquella.
Calificación: 4.
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